Hacer
uso de servicio de transporte público en nuestra ciudad, se convierte en la
odisea más desagradable de nuestras vidas, nadie podrá negarlo ni mucho menos
objetarlo. La informalidad reinante en el sector transportes, desnuda una
realidad bastante compleja, la cual en esta oportunidad no la mencionare, por
ser bastante conocido entre nosotros. Fue una reacción tardía, la de nuestras autoridades en declarar
en emergencia el transporte público en Arequipa; ya que era de vital y de suma
urgencia,al reflejarse claramente en la coyuntura actual en la que se encuentra
el servicio de transporte publico de nuestra ciudad, descubriendo el estado
deplorable y de abandono total de las empresas que prestan el servicio de
transporte en las diferentes rutas de accesos a nuestros distritos y
jurisdicciones. Más de 100 empresas operan en la actualidad en nuestra ciudad,
muchas de ellas no cuentan con los permisos y autorizaciones de las municipalidades
correspondientes, las catalogadas empresas “piratas” perjudican el libre
mercado, oponiéndose muchas veces a que
entren otras empresas a brindar un mejor servicio, y por cierto muchas de estas
empresas laboran en pueblos que se van
asentando de a pocos.
A medida del crecimiento
acelerado y descontrolado de la población arequipeña; el transporte público también
se ha convertido en el fiel reflejo de este desmedido crecimiento poblacional.
Hoy encontramos al servicio
del usuario: unidades pequeñas, incomodas y altamente contaminantes para la
salud pública. El problema genera más problema y de manera encadenada, ahora
bien nos conlleva a tomar nuevas medidas ante la incapacidad de nuestras
autoridades de solucionar este tipo problemas que en realidad genera solo más
incertidumbre; más aún, cuando a muchos de ellos les tiembla la mano de tomar
posiciones y medidas severas para contrarrestar el problema de cierta manera; por
ejemplo, el triste y celebre recordado Simón Balbuena creyó haber acabado con
el problema del transporte en Arequipa,
cuando solo saco fuera de circulación a las famosas “lanchas” del parque
automotor.
Si algo se le
reconoce a la actual gestión municipal y no se le puede desmerecer por nada del
mundo; es el compromiso asumido por darle un giro total a este problema y tratar
de cambiar definitivamente la cara al transporte público.
El SIT (Sistema
Integrado de Transportes) es la salida a esta crisis generada por la dejadez e
inoperancia de todos los actores involucrados en el problema del transporte.
Cosa que el “buen” Yamel y al “conejo” Balbuena
no les importo en su momento, prefiriendo dormir muchas veces en sus laureles
partidarios. Si la reelección de Simón Balbuena hubiese sido realidad, no lo
hubiese visto trabajando simultáneamente los tres intercambios viales (Los
Incas, el Palomar y Francisco Mostajo) que son importantes por la
infraestructura y descongestionamiento para la implementación del SIT.
Seguramente “el buen conejo” se hubiera enfrascado en seguir peatonalizando el
centro de la ciudad o adoquinando una que otra calle más, nunca existió la
decisión de dar luz verde de manera inmediata a este importante proyecto
similar al Metropolitano en Lima, que busca en si el reordenamiento del
transporte público y de taxis, como también brindar un excelente servicio de
calidad en el transporte público en Arequipa.
Ahora bien, es cierto
que la construcción de estos intercambios viales y su ejecución han generado
molestias en la población arequipeña, más que nada por las rutas alternas y el
congestionamiento que implica en las horas punta, y también es cierto que la
seriedad y transparencia se ausento en los tiempos y plazos establecidos
inicialmente por la municipalidad; definitivamente se requiere de una
fiscalización, donde se haga un seguimiento minucioso en los montos
desembolsados inicialmente y cuanto le costara finalmente a la municipalidad dicha
obra.
Se proyecta tener para
fines de este año la conclusión de los intercambios viales para la
implementación del SIT.
El SIT tiene la
finalidad de remplazar y sustituir las
unidades de transporte que en actualidad circulan en nuestro parque automotor,
esas unidades pequeñas e incomodada que se destartalan a pedazos mientras
brindan el servicio de transporte público; si, esas misma unidades que nos
hacen creer que son latas de sardinas, donde pueden entrar al fondo hasta 4 o 5
pasajeros; si, esas mismas unidades que parecen brindar el servicio de
movilidad escolar. Si, esas mismas unidades como las cousters o combis que tienen
más de 25 años de servicio y que emanan de manera desproporcionada el dióxido de
carbono por todas las arterias de nuestra ciudad.
El planteamiento de
renovación de vehículos y unidades de forma voluntaria, quedo solo en un
planteamiento para los propietarios y choferes, ya que nunca existió el interés
de concretarlo. Se espera que con este nuevo sistema se renueve de forma rápida
y eficiente las unidades de transporte público, con nuevos vehículos de
transporte que utilicen combustibles más baratos y menos contaminantes. La
municipalidad tendrá que sentarse a negociar con los transportistas y
propietarios que no tengan la posibilidad de adquirir las nuevas unidades,
quizás un “bono de chatarreo” o alguna otra forma de financiación, por medio de
algún programa. Lo único que se exige a esta gestión municipal, la cual encabeza
el doctor Zegarra, exigirle que sea una realidad la renovación de las unidades
de transporte actual. Es de vital importancia contar con un sistema de
transportes revolucionario y diferente, que acabe con la inseguridad e
informalidad mientras hacemos los
desplazamientos a nuestros respectivos destinos. Un servicio de calidad en el
transporte público de pasajeros, es lo menos que se puede pedir para una ciudad
emprendedora y que debe ir de la mano con los grandes cambios y síntomas de
modernidad de nuestra ciudad.
Marat...