La renuncia irrevocable de los cuatro congresistas de la
bancada de Gana Perú días atrás, ha encrespado los ánimos de la derecha bruta y
achorada; hace una semana toda su artillería iba dirigida a desprestigiar todas
las protestas sociales catalogándolas desde extremistas hasta sediciosas, ahora
dirigen y descargan sus baterías contra la actitud de los cuatro congresistas
renunciantes, con puntos de vista peculiares y al gusto del lector. Las
principales editoriales les han dado con garrote en mano, “se fueron los
radicales” “y ahora ¿quiénes son los tránsfugas?” “más cohesionados que nunca
en Gana Perú”“caviares, malditos rojos” en fin expresiones nada nuevas en las
principales líneas de editorial de nuestro país; hoy son los fieles escuderos a muerte de este
gobierno, años atrás metían el rabo entre la piernas y se les escarapelaba el
cuerpo el solo pensar, un posible
gobierno de Ollanta.
Este tipo de prensa ejercida en nuestro país,
definitivamente hace mucho daño a la gobernabilidad y a la mal llamada
democracia que ellos defienden. ¿Imparcialidad? ¿Objetividad? ¿Trasparencia?
¿Cómo así, se puede orientar adecuadamente a la Opinión pública? Hay un adagio
popular, el cual haremos referencia y se
adecua a la situación de la prensa en nuestro país; No se muerde la mano que te da de comer, muchos de estos presentadores
de noticias y periodistas intachables, cumplen con su trabajo orientado a no
chocar con los intereses de sus “patrones”, gente que no tiene nada que ver con
el periodismo, tan solo son prósperos hombres de negocios.Y para ellos, business
son business, no importando la moral y la ética en el fastuoso mundo del
periodismo del siglo XXI.
“Vamos con Ollanta! La gran transformación” el slogan de
campaña… Hoy él está enfrascado en otro tipo de transformación; vamos sin él.
Parecen decir los congresistas desertores, y bueno no dejan de tener razón,
cuando se ha traicionado los principios e ideales que originaron la alianza
Gana Perú, como también los compromisos asumidos en campaña. Y lo más doloroso
quizás para un congresista de una bancada, es sentir, el abandono incondicional
del grupo parlamentario, el cual también integras, un
espaldarazo único, propio de un apestado político.
La indecencia representada en la alianza
aprofujimontesinista en complicidad con el partido de gobierno se rasgan las
vestiduras sobre la actitud asumida por los congresistas, nos hablan con un
desparpajo único sobre el tema del transfuguismo y de lealtad, no solo ellos;
sino también aquella clase servil que apuesta por nuestro país, como un país primario
exportador. Definamos el significado de
tránsfuga, según la RAE; persona que pasa
de una ideología o colectividad a otra. Entonces ¿Quiénes son los tránsfugas? No fue acaso el señor Humala, quien cedió ante
la presión de los grupos de poder y encumbro en los puestos de confianza a
gente de dudosa reputación, de la cual antes se indignaba y tildaba hasta de
Zamarros... ¿Y qué hay de la Lealtad? Acaso, nos olvidamos de clases oprimidas
y marginadas por años y que creyeron en el proyecto nacionalista desde el 2005.
¿Esa lealtad acaso no debería ser reciproca?
Los “apristones” junto a los “precursores” del
transfuguismo en la década pasada con Fujimori, hoy vociferan como si tuvieran
la catadura moral para condenarla. El oficialismo y la oposición son un solo
puño, ambos cogobiernan pensando en la inclusión social, Keiko Fujimori, tira
flores al “gorila” Valdés en un afán de afianzar la continuidad del modelo económico,
implementado por su padre.
Las decisiones de
los congresistas de renunciar a su bancada; trajo consigo la separación definitiva,
como integrantes de sus respectivas comisiones; hoy son sustituidos por el estiércol
del hemiciclo; “la roba cable”, “el come oro” y “el lobbista”. Indignante y asqueroso
a la vez, desde cualquier punto de vista, ¿así se premia en nuestro país?
Este partido lo
ganan ellos, hasta cuando decidamos dejar de ser espectadores…
Marat…