jueves, 19 de agosto de 2010

JUVENTUD VENIDA A MENOS...

El espíritu revolucionario innato de los jóvenes; hoy se desvanece en el Perú, ya no hay respuesta de algún modo ante lo que nuestros ojos perciben. Asumimos la actitud del sacerdote y el levita cuando ven aquel hombre caído y poco o nada les interesa, haciendo alucion al buen samaritano. Centrados solo en nuestras vidas, lo demás pasa a tercer o cuarto plano sin la relevancia del caso.
¿Donde quedo aquel espíritu? Décadas atrás, existía una gran simpatía por  Ernesto “el che” Guevara y su hazaña lograda en Cuba. Muchos adoptaron la posición del “che”, su perfil era uno de los ideales a seguir… Muchos se contagiaron con el espíritu de lucha y persistencia caracterizado en el, lo cual germino en aquellas juventudes inertes y deshumanizadas que intentaron darle un giro radical a sus vidas.
El icono del “che” siempre estaba presente en las luchas reivindicadoras de las juventudes quienes en el papel eran las que tenían que asumir esa responsabilidad de respuestas inmediatas a los atropellos e injusticias de los gobiernos de turno, los frentes y gremios estudiantiles hacían temblar los cimientos de los gobiernos; muchas encausaron conjuntamente con la población en gestas y revoluciones antológicas.
Hoy solo, nos dignamos a mover los hombros o en el peor de los casos a reverenciar muertes, genocidios, injusticias, papelones, pobreza, contaminación, etc. Con excepciones claro, de indignación y repulsión a todo lo mencionado. La actitud asumida por esta generación solo engendrara más de lo siempre, quizás aplausos y admiración más adelante ante peores atrocidades, mientras nos sigan metiendo la mano a la boca estaremos circunstancialmente a los pies de este juego brutal de exclusión.
Hoy se reconoce que uno de los problemas vigentes de nuestra nación para que despegue del subdesarrollo es la educación, chicos sin educación y sin ninguna formación moral y espiritual no podrán discernir lo bueno de lo malo, no tendrán capacidad de cuestionar su realidad. Antes de buscar Einstein’s, científicos, economistas o administradores, deberíamos embalsamarlos con valores a estas nuevas generaciones que aun amamantan los pechos de sus madres o juegan aun desconociendo el mundo externo.
Allí, el meollo del problema de esta juventud destruida y corrompida por los gobiernos. Nos implementaron planes curriculares deficientes en los gobiernos nefastos, se nos negó aprender, la historia como tal, una formación patriótica ejemplar del cual nos sintiéramos orgullosos, nos cortaron las raíces y costumbres dejadas por americanismos. Nos propalaron los anti valores, la corrupción y el fraude como modo de vida (siendo la herramienta los medios de comunicación).
La respuesta está allí, la ahuyentaron y nos despojaron de aquel espíritu ante la represión y censura; por eso hoy la mirada de indiferencia y las frías reacciones temerosas de esta pasajera juventud.
Quiero concluir con aquellas palabras mencionadas por Ernesto Guevara: “seamos capaces siempre de sentir en lo más hondo; cualquier injusticia realizada contra cualquiera y en cualquier parte del mundo, es la cualidad más linda de un revolucionario”… Ya que siempre esta guiado por verdaderos sentimientos de amor.

miércoles, 18 de agosto de 2010

LA CASUCHA DE CARTON













Quiero escapar de la voracidad agobiante de los años
Refugiarme nuevamente en aquella casucha de cartón...
Cuando jugábamos a explorar el mundo...
Cuando el viento arremolinado soplaba y no nos derribaba
Cuando buscábamos proezas, aquellas tardes interminables.

Aquellas tardes de niebla y tormenta en casa
Inquietos por salir, atinando solo ver por la ventana…
Con la esperanza de mantener intacto, aquel templo de cartón
Inolvidables las experiencias que atestiguaron sus paredes
Pasando el verano, conquistando el mundo a nuestra manera
Sometiendo a los invasores y ampliando nuestras fronteras.

El tiempo nos pertenecía, era el aliado perfecto de aquellos años
Aquel inocente techo que nos cubría del mundo exterior
Del cual huíamos y escapábamos cada tarde que se podía
Atrincherados en un accidentado precipicio
El lugar perfecto de nuestra casucha de cartón.

Sencillamente aquellas tardes no volverán,
Después de una larga decada
Nuevamente en el lugar desenterrando los escombros
E intentando regresar como niños con nuestros cartones
En aquel lugar…