“Guardamos un silencio
bastante parecido a la estupidez”. Algunos callamos demasiado en el
tiempo; sin atenuar las consecuencias, oportunamente, nos atragantamos con ese “bolo”
de inconformidad o de fastidio, ya sea en los diferentes aspectos de nuestras
vidas; un silencio cómplice pero asfixiante en el tiempo, afloran los
remordimientos. Expresar lo que sentimos, nos atemoriza y coacciona; más aún cuando existen
verdades por restregar en los rostros más intachables, pulcros y falsos. La
mordaza no es excusa valida, debemos ser capaces de expresar lo que sentimos en
cualquier momento y en cualquier parte
de mundo. Ser capaces de denunciar la
injusticia, proclamar nuestras ideas y declarar abiertamente nuestros
sentimientos.
Por eso es difícil de
comprender lo impredecible de la vida; dios y los destinos confabulados,
cómplices en algún momento. Allí, cuando entran en nuestras vidas, arrastran
consigo encanto, belleza y alegría; ¿Quién no podría sucumbir ante tal
presencia?; ¿Qué plebeyo no arriesgaría su vida?; guillotinando todo intento por
hacerle daño. Revistiendo de amor hasta
el último ladrillo de su reino; haciendo imposible de tirarse abajo los
muros y fortalezas de aquellos corazones.
Enamorarse así; de una
mirada encantadora, de ojos radiantes y de su ser maravilloso; abren en
definitiva, los cauces profundos de nuestros sentimientos; llevándonos, rio
abajo, naufragando por caminos desconocidos rumbo a la felicidad. Prestos a
caer de rodillas; en busca del amor, sincero y del bueno; cultivan el amor, como
las rosas; hasta ver abrir sus pétalos rebosantes, de la más agradable
fragancia de la naturaleza. La rosa necesita agua para vivir; como el amor
necesita comprensión y respeto para subsistir. ¿Y qué es el amor? Más que una
palabra complicada para algunos y solo un espejismo inalcanzable para otros.
Los maretazos de la vida, avasalladores de esperanzas y vidas, temen porque
encuentren en el amor; motivo, más que suficiente para
sobreponerse y hacerse fuertes, arando todo el pasado y recuperando el
presente.
Hoy solo eres; un recuerdo en
mi pensamiento; una sonrisa que recorre el inconsciente; y una cálida voz perdiéndose
entre la gente. Hoy no dejas de ser; solo más que un bello recuerdo hecho
trizas.
Marat…
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