domingo, 11 de octubre de 2009

UNOS RIEN, OTROS LLORAN


Domingo 11 de Octubre, las primeras planas de los diarios sintetizaban lo ocurrido la noche anterior en el monumental de Núñez. “Te hicimos, llorar” resaltaba el diario Libero haciendo alusión al mítico Diego A. Maradona.
Una noche de locos, escenas coloquiales del deporte rey, muchos sentimientos encontrados, lenta agonía de ilusiones, jubilo eferveciente y desbordante orgullo de medio continente, en particular las selecciones ya clasificadas a la justa mundialista de Sudáfrica 2010. Otros solo aguardaban una tensa espera prolongando el nerviosismo y todo lo que implica una situación similar cuando se trata de selecciones que normalmente asisten a la fiesta del fútbol cada cuatro años. Muchas acotaciones por dar cuenta, destacando lo rescatable y lo valioso de esta parte del continente.
La envidia lejos de ser repugnante y cuestionable por los demás, debe ser la herramienta vital para corregir ciertos aspectos erróneamente ejecutados por las malas “cabezas”, el ejemplo más palpable, es el caso de la selección chilena de fútbol.
Lejos de tener ciertas discrepancias con el vecino país… miraba no tan placidamente como miles de chilenos se volcaban a las calles; eufóricos, extasiados de alegría y orgullo por su país; coreando su contagiante frase infaltable en todo espíritu chileno: CHI- CHI- CHI- LE- LE -LE ¡VIVA CHILE! Todo un país se rendía a los pies del rosarino Marcelo Bielsa, que envidia la mía por ser un huérfano de tales vivencias. Después de 11 años, los chilenos verán nuevamente a su selección en la cúspide del mundial. El trabajo emprendido por la nueva dirigencia del fútbol chileno, retumbo de todos los estratos, clubes, dirigentes e hinchas mapuches; que vieron de buena manera la contratación del “loco” Bielsa y el trabajo colectivo que deberían emprender junto a la asociación nacional de fútbol profesional. La disciplina factor fundamental en estos dos años de trabajo, hoy claramente destacado por la prensa chilena, y el resurgir de una nueva generación que hará grande la historia del fútbol chileno, el compromiso absoluto hacia la roja hicieron posible, los boletos rumbo a Sudáfrica.
Trabajo planificado, muy bien asimilado por la vino tinto (Venezuela), antes el hazme reír de Sudamérica hoy luchando con los grandes por un sueño que seguirá siendo utópico.
Ayer por momentos mi corazón latía a mil al ver como aguábamos la fiesta a una desconocida selección argentina, era el momento para sacarnos el clavo; alguna ves ellos nos sacaron de carrera, que especial era este momento; pero a la vez nos privaríamos de ver a una de las mejores selecciones del mundo, al talentoso Messí y al jocoso de Maradona en Sudáfrica, sentimientos encontrados y muy contradictorios. ¿Y el honor y la dignidad que? No merece otra mofa nuestra gente, hasta que un baldazo con agua de aquella que diluvia en tierras gauchas cayo sobre nosotros; san Palermo o san Ortube (el arbitro) apareció fugazmente para sepultar sin compasión el poquito de honor por el cual habíamos ido a emularnos.
Guardare en lo profundo, las imágenes de aquel Maradona totalmente quebrado, angustiado, al borde de llanto cuando en el minuto noventa le encestamos el empate, y añorare su celebración efusiva, con “piscinazo” incluido en cancha Argentina cuando nos liquidaron con el 2- 1 final. Celebración justificada de un hincha, de un técnico y un de ídolo contagiado por el amor profundo a su patria.
El protagonismo nos ha sido indiferente, las humillaciones fieles a nuestras vergonzosas campañas. El telón se va cerrando, y con el se esfuma nuestras esperanzas para posteriores eliminatorias, si se sigue apostando por el continuismo de Burga.

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